A menos de tres meses de concluir el 2016, ya estamos viendo también el fin del sexenio de Enrique Peña Nieto y con ello un resumen de todas las promesas no cumplidas y el estado en el que país se enfrenta de nuevo a un proceso electoral. Es momento de analizar cómo quedan los 122 millones de mexicanos que aquí habitan, conviven, se alimentan, trabajan y pagan impuestos, en vísperas de que el sexenio que viene al menos de este lado haya un panorama claro de lo que hay por esperar.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2016, de poco más de 89 millones de mexicanos en edad laboral, al menos 53 millones de encuentran en el rubro de la Población Económicamente Activa (PEA), y de ahí al menos un 3.7 se encuentra desocupada.
Hay que destacar que, al menos respecto a otros muchos países, México no tiene altas cifras de desempleo.
Por desgracia, lo anterior no significa que los empleos existentes sean de calidad o bien pagados. Reportes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), revelan que los mexicanos trabajan unas dos mil horas anuales y perciben por ello menos de 13 mil dólares. Eso en comparación con naciones como Chile o Polonia, donde las horas de trabajo son más reducidas y el sueldo anual supera los 20 mil dólares.
Aunque las cifras de desempleo son bajas, no podemos cantar victoria; al menos el 27% de las personas ocupadas en alaguna actividad económica se ubican en la informalidad, en negocios que no reportan impuestos y tampoco otorgan garantías como seguridad social y ahorro para el retiro.
Lo anterior es, en resumen, una explicación del reducido estatus en calidad de vida en el que subsisten millones de mexicanos, cuyos no muy abundantes empleos ni siquiera otorgan las mínimas ventajas para el desarrollo personal, social y económico.
Y hablando de sectores castigados, los migrantes se han convertido en un factor económico importante para México, a medida que los salarios reducidos ya no son una alternativa de progreso para muchas personas.
Hasta agosto de este año, se enviaron al país más de 17 mil 659 millones de dólares en remesas, un monto que significa subsistencia para millones de familias que de otro modo vivirían en pobreza extrema.
En cuanto al tema de la equidad de género, las cifras de este año hablan de una brecha cada vez más reducida entre hombres y mujeres, y aún con ello sigue siendo un tema pendiente; hay 19 millones de mexicanas ocupadas en un empleo, frente a 31 millones de mexicanos.
El panorama, al menos este año, no parece del todo negro, sin embargo habrá que tomar previsiones porque se augura un 2017 mucho más difícil, con presupuestos públicos apretados, reducciones a la inversión privada y por ende una posible reducción en las fuentes de empleo.



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