Arrendamiento puro vs. arrendamiento financiero

En el mundo empresarial, principalmente en una economía difícil como la de México, siempre es importante tratar de reducir gastos y cargas fiscales, a fin de alcanzar una mayor ganancia luego de todos los gastos erogados.

Para lo anterior la figura del arrendamiento resulta una opción muy viable, pues reduce la inversión que representa adquirir bienes muebles o inmuebles y libera de las obligaciones que de eso resulta, como mantenimiento, seguros y hasta impuestos.

Tanto la figura del arrendamiento puro como la del financiero tienen ciertas ventajas, dependiendo lo que busque aquél que va a invertir su capital en el bien.

Automóviles, inmuebles, muebles y maquinaria son susceptibles de estas figuras de arrendamiento, según de las necesidades empresariales de quien pretenda rentar.

Arrendamiento puro

Este modo reduce al mínimo las responsabilidades que implica adquirir un bien. Es tan sencillo como que se renta, bajo un contrato, el bien mueble o inmueble, acordando un pago mensual por su uso.

Al finalizar el contrato el bien se regresa al dueño original, mientras el arrendatario puede deducir completamente los costos erogados sobre sus impuestos.

Una ventaja es que, a diferencia de cuando se adquiere la propiedad total del bien, aquí cabe la posibilidad de renovarlo con cierta frecuencia, darle mantenimiento y otros gastos que quedarían en manos del arrendador como dueño legal.

 

Arrendamiento financiero

Esta clase de arrendamiento, a diferencia del primero, es una forma de adquirir bienes muebles o inmuebles a mediano plazo y sin gastar enormes cifras de dinero en un sólo momento.

A través de un contrato se establece que el arrendador dará su bien a cambio de una renta mensual, y al término del periodo establecido hará todos los trámites legales pertinentes para que el artículo en cuestión pase a manos del arrendatario.

En el caso de esta versión de arrendamiento existen varias posibilidades al término del contrato, entre las que se maneja la venta del bien a una tercera persona.

También con el arrendamiento financiero se pueden deducir los gastos de impuestos, con el agregado de que se incluyen gastos de mantenimiento, seguros, transporte y otros.