Hoy día el mundo vive una extraña transición alimentada por la tecnología y las telecomunicaciones. La conectividad y su valor en el día a día han ido modificando la vida hasta el punto en que hacer o decir ya no son los mismos verbos que hace 10 o 20 años.
En el mismo sentido es más que claro que la manera de laborar también está cambiando, haciéndose cada vez más práctica, especializada y en cierta forma libre, en razón de la forma en que hoy funcionan los países desarrollados.
Desaparecen las oficinas
Lo de hoy es el llamado home office, la tendencia a dejar de acudir presencialmente a una oficina para comenzar a laborar desde cualquier lugar con una conexión a Internet. Esto responde a una reducción de costos, pues para cualquier empresa es mucho más rentable no tener que mantener un sitio de trabajo, equipo y los riesgos que corre quien diariamente se traslada de un lugar a otro.
Además, esta moda que se está convirtiendo en costumbre también responde a un anhelo de los países desarrollados por respetar cada vez más la vida personal y los tiempos libres.
Jornadas más cortas
Mucha población y cada vez menos dinero, las empresas han tenido que economizar y sacar más jugo de su planta laboral, así es que la tendencia ahora y para dentro de algunos años será a hacer jornadas más cortas en las que los empleados usen sus horas más productivas, dejando el resto del tiempo a otro que también pueda ocupar ese puesto y ser productivo por otro periodo corto.
Además, esta práctica permitirá que las personas puedan laborar en varios sitios a la vez, obteniendo mejores ingresos y sobre todo desarrollo profesional en distintas áreas.
Puestos más proactivos
En la actualidad sucede, pero cada vez más en el futuro se requerirán personas cuya iniciativa destaque por encima de los demás. El clásico papel del oficinista que sólo sigue órdenes será eliminado, y en su lugar entrarán cada vez más personas con habilidades especiales, que propongan y tengan ganas de tomar decisiones importantes.
La crisis económica mundial ha obligado a las empresas a replantear el lugar de sus empleados, considerar que deben quedarse sólo con los más valiosos y dejar fuera a quienes no estén aportando nada.
Especialización
La excesiva competencia laboral del mundo está obligando a que las personas busquen maneras de destacar, ser mejores y tener habilidades específicas para convertirse aquello que las empresas buscan.
De aquí a lo que queda del siglo XXI la tendencia será hacia la especialización; cursos, posgrados, estancias profesionales, todo está contando y son puntos que se van sumando en la carrera profesional de cada persona.
Por lo anterior es que en todos los países industrializados hoy se están elevando los niveles educativos. En este momento se sabe que ya no basta una carrera universitaria para asegurar un empleo y muy al contrario la preparación académica se está volviendo una actividad recurrente.
Generar cadenas de valor
La competencia empresarial hoy ya no tiende hacia el acaparamiento de los mercados, sino todo lo contrario. Cada empresa, haciendo equipo con sus empleados, intenta generar cadenas de valor, abrir nuevos mercados y reforzar los suyos, y mucho de eso lo hace a través de la relación con otros negocios de ramos similares.
En el futuro ya no se tratará de ver quién gana más clientes, pues lo que las empresas y los empleados buscarán será crear grandes redes cooperativas que permitan a todos tener un poco del pastel.
No a las jerarquías
La tendencia de las empresas internacionales es hacia eliminar las jerarquías en el trabajo. En lugar de imponer un esquema piramidal en el que los de abajo tengan que someterse a las órdenes, decisiones y deseos de los superiores, internamente se maneja un esquema horizontal en el que se escucha la voz de cada una de las partes con la idea de que todos se sientan involucrados.
La tendencia hacia el futuro es a “ponerse la camiseta” y que los empleados no sientan que trabajan para alguien superior, sino que lo hacen para algo que va en beneficio de todos.
Emprendimiento
En la actualidad sobre todo los jóvenes están desechando la idea de trabajar para empresas grandes sin rostro, sobre todo porque lograr éxito en esos sitios es cada vez más complicado.
En este caso la tendencia es hacia el emprendimiento. En las próximas dos décadas miles de empresas jóvenes abrirán, algunas tendrán éxito y otras no, pero todas responderán a los mercados actuales y estarán enfocadas hacia rubros como la comunicación y la mercadotecnia.
Terciarización
También en el mismo afán de bajar costos, la tendencia de las empresas de hoy y hacia el futuro es a la terciarización. Esto significa que por razones de practicidad y presupuesto les resultará cada vez más rentable pagarle a un tercero para que les administre la nómina, las prestaciones y todo lo relacionado a los recursos humanos. Inclusive la idea de hacerlo es evitar la burocracia de lidiar con las demandas laborales y cuestiones que restan productividad a la empresa.

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